Balú es un caso especial. Llegó al centro con un problema en la cavidad bucal que le impide comer o ladrar con normalidad, eso hace que tenga problemas en su alimentación diaria, ya que tiene mucha dificultad para digerir alimentos que no sean en paté o mus.
Es por eso que la familia que lo adopte tiene que mirar no sólo su carácter, sino también sus circunstancias medicas, que te explicaremos detalladamente en el centro. Puesto que conllevarán un coste adicional en tanto a la comida y sobre todo el seguimiento veterinario. Somos duros explicándolo porque buscamos una estabilidad para él y no que el adoptante se canse tras un periodo de tiempo de darle los cuidados necesarios.
Por lo demás y en cuanto a su carácter, Balú es un perro muy muy activo, le encanta correr, y le cuesta controlarse un poco, pero es algo normal teniendo en cuenta que el pobre lleva años en un chenil, sabemos que con un poco de educación será un perro perfecto para acompañarte a hacer deporte, jugar en el campo o simplemente hacerte compañía en una casa con espacio.
Le encanta que le cojan y que le acaricien, es el centro de atención de todas las fiestas y se lo pasa pipa cuando los voluntarios le sacan a pasear.
Muchas gracias a Goretti Gutierrez por sus fotos y al resto de voluntarios de Tierra Blanca por sus cuidados y aportaciones.
Reika es una perra especial, llegó al refugio hace tiempo, y quizás por la cantidad de perros, quizás porque es algo tímida y no se muestra a la primera, todavía no hemos podido encontrarle un hogar.
Es una perra joven, y no queremos que pase más tiempo en el refugio, ya que cada vez se va volviendo más introvertida. Necesitamos una familia para ella capaz de aportarle confianza y convertirla en la perra segura que era.
Cuando lo consigan tendrán una compañera dulce y cariñosa, la típica perra de sofá que te hará compañía 24/7 sin rechistar.
Ahh! camina muy bien con correa, y le encanta pasear.
Muchas gracias a Goretti Gutierrez por sus fotos y al resto de voluntarios de Tierra Blanca por sus cuidados y aportaciones.
Chinchón tiene los síntomas típicos del perro que ha pasado mucho tiempo en un refugio: la desconfianza y la inseguridad.
Es un perro de tamaño mediano, muy bueno y cariñoso con todo aquel que conoce, pero que necesitaría de su adoptante un poco de paciencia y comprensión hasta que se adaptara a su nuevo hogar. ¿Eso es malo? Para nada, es lo normal en una situación así, y los beneficios que puedes obtener que se compensan con creces, un amigo para toda la vida vale bien una semana de paciencia.
Cuando lo conoces, le encanta tumbarse en tu regazo y descansar, pasear, y olisquear cualquier cosa que aparezca sin prisas.
Muchas gracias a Goretti Gutierrez por sus fotos y al resto de voluntarios de Tierra Blanca por sus cuidados y aportaciones.
Este jovenzuelo de tamaño grande no puede ser más cariñoso. Le encanta pasear con correa y correr en el patio, tiene unas ganas tremendas de comerse el mundo, el refugio no es un lugar adecuado para un perro tan activo. Se muere de ganas de comerse el mundo.
Es sociable con otros perros y con las personas. Hasta ahora nunca ha habido ningún problema con él en el refugio en los distintos grupos en los que ha estado.
Creemos que su familia ideal sería una familia activa, que estuviera dispuesta a compartir con él salidas al campo, o a la playa, al mismo tiempo que le hacen un huequito en el sofá. ¿Te animas?
Muchas gracias a Goretti Gutierrez por sus fotos y al resto de voluntarios de Tierra Blanca por sus cuidados y aportaciones.
Melón es un mestizo de pastor muy joven que ha tenido la mala suerte de pasar gran parte de su juventud en un refugio. Por ello es muy sociable con otros perros y le encantan las personas, aunque es algo desconfiado al principio.
Necesita alguien con un poco de experiencia y paciencia, que le de un poco de confianza y seguridad y que entienda que necesita algo de educación para controlar su actividad, ya que tiene muchas ganas de comerse el mundo. No obstante, cuando se crea un vínculo con él como han hecho algunos voluntarios, se muestra tranquilo y muy cariñoso.
Muchas gracias a Goretti Gutierrez por sus fotos y al resto de voluntarios de Tierra Blanca por sus cuidados y aportaciones.
Jirafa llegó al centro en agosto de 2019. Es una podenca divertida, muy alegre y activa. Muy atlética. Le encanta pasear con correa y convive actualmente a la perfección con otros perros, sin haber tenido nunca ningún problema ni con machos ni con hembras.
Es joven y le encanta jugar, creemos que encajaría muy bien con alguien que busque una compañera de aventuras. No le dice que no a nada: agua, carreras, paseos,...
Muchas gracias a Goretti Gutierrez por sus fotos y al resto de voluntarios de Tierra Blanca por sus cuidados y aportaciones.
Barbie llegó a Tierra Blanca hace poco con su hermana. Es una podenca mestiza de tamaño mini, preciosa y muy joven, les calculamos alrededor de 8 meses.
Son algo tímidas, aún se están acostumbrado a la gente, se nota que no tuvieron contacto con personas durante los primeros meses de vida, sin embargo, reaccionan bien y se adaptan rápido, creemos que con un poco de paciencia se integrarían perfectamente en una familia, sólo necesitan algo de cariño.